¿Qué árboles producen más oxígeno, los de hoja ancha o los de hojas en forma de aguja?

Tanto los árboles de hoja ancha como las coníferas producen oxígeno, exactamente igual que todas las demás plantas verdes. Este fenómeno tiene lugar gracias al pigmento de la clorofila, tanto en las hojas anchas como en las agujas. De todos modos, la pregunta «¿cuáles producen más oxígeno?» no es tan fácil de contestar. En primer lugar, depende de qué región se tome en consideración. Si nos referimos al mundo entero está claro cuál es el vencedor. Aproximadamente el 70% de las zonas de bosque de la Tierra se componen de árboles de hoja ancha, sobre todo en los países tropicales y subtropicales, y solo el 30% son bosques de coníferas. A nivel mundial y en términos absolutos, los árboles de hoja ancha producen más oxígeno. Por una parte, hay más árboles; por otra, están en zonas climáticamente favorables, y las plantas crecen más deprisa cuanto mejores son las condiciones de temperatura y el suministro de agua y nutrientes. Pero si nos fijamos en un área en la que las condiciones climáticas para unos y otros no estén tan desigualmente distribuidas, la situación parece distinta. 

Por ejemplo, en Renania del Norte-Westfalia, en Alemania, la proporción entre bosques de hoja ancha y de coníferas es casi equilibrada. Sin embargo, esto no quiere decir que ambas variedades de árbol participen por igual en la producción de oxígeno. Aquí entra en juego un nuevo factor: el tiempo. Las coniferas crecen más deprisa que los árboles de hoja ancha, y por tanto alcanzan antes su máxima producción de oxígeno. Además, en invierno pueden —ya lo dice el villancico: «Oh, abeto»– conservar sus hojas y seguir produciendo oxígeno en la época del frío, aunque hay que admitir que menos que en verano. 

Pero la mayor ventaja de las coníferas en el balance del oxígeno es la superficie de sus hojas, es decir, de las agujas. Por ejemplo, un pino tiene una superficie de hojas bastante mayor que un haya. Si tomamos en su conjunto la superficie de todas las agujas de un pino viejo, equivale aproximadamente a la de 20 o 25 campos de fútbol. Un haya adulta tiene solo la mitad. Por supuesto, esto tampoco está mal, pues incluso con esa superficie menor produce entre 1 y 2 kilos de oxígeno por hora, cubriendo cada día las necesidades de unas 60 personas, claro está que solo en verano. 

Y aún hay otro motivo para que en la competición entre los dos árboles salga vencedor el de hojas en forma de aguja: una conífera desarrolla en total más biomasa y, unido a esto, un mayor rendimiento fotosintético. Con todo, de esta comparación no se puede deducir la hipótesis de que más coníferas en el mundo proporcionarían más oxígeno, ya que buena parte de este gas es generado por otras plantas terrestres como las hierbas de pastos y prados, y sobre todo por el plancton marino. Así pues, podemos seguir organizando nuestro jardín de acuerdo con criterios puramente visuales.


Fuente: 70 preguntas curiosas sobre el mundo que nos rodea por Martin gent.

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