¿Pueden los pollos Correr Sin cabeza

Antiguamente era una escena habitual en todas las granjas: un pollo sin cabeza pero batiendo las alas. Cuando un pollo tenía que ir a parar a la cazuela, lo más rápido y eficaz era liquidar la tarea con un hacha. Quien ha sido testigo del proceder del granjero no lo olvida fácilmente. Y , reflexionando sobre el sangriento espectáculo, quizá se pregunte: sin cabeza ni cerebro, falta el centro de control del resto del cuerpo; entonces ¿cómo puede el pollo agitar las alas? 
«Aunque se extirpe el cerebro, todavía queda una parte importante del sistema nervioso central: la médula espinal», explica el profesor Rolf Kötter, investigador del cerebro en la Universidad de Düsseldorf. «Precisamente la coordinación de los brazos, las piernas y las alas es una tarea importante de la médula espinal.»

Lo que sucede con los animales sin cabeza lo han averiguado los investigadores mediante experimentos que resultan absolutamente macabros. Por ejemplo, seccionaron la médula espinal en las vértebras cervicales de varios gatos. A continuación colocaron a los animales en cintas de correr a diversas velocidades. Resultado: los gatos pueden andar, incluso mantener el equilibrio, sin auxilio alguno del cerebro. Basta con que la médula espinal funcione. Y también el batir de alas de las aves es controlado de forma independiente por la médula. 

Pero, además, los pollos sin cabeza aletean de una manera especialmente furiosa por otro motivo. El hachazo lesiona los nervios de la médula espinal, lo cual, a su vez, desencadena señales nerviosas que se extienden por todo el cuerpo de forma descoordinada, y tienen como consecuencia una serie de movimientos musculares. En un animal en principio clínicamente muerto, el proceso continúa hasta que se agotan las reservas de energía del tejido nervioso y muscular, lo cual puede durar varios minutos.

Hasta aquí sobre el tema de los pollos sin cabeza. Pero ¿qué pasa con los seres
humanos? Ya conocemos la leyenda del pirata Störtebeker, de quien se cuenta que después de ser decapitado aún corrió unos metros. El investigador Rolf Kötter es escéptico: «Considero inverosímil que una persona sin cabeza pueda recorrer tanto trecho. Caminar es una acción demasiado compleja para eso». Andar sobre dos piernas requiere un consumado control del equilibrio; y la médula espinal por sí sola es incapaz de hacer frente a esta tarea. En un ser humano, igual que en un pollo, el hachazo desencadena una oleada de impulsos nerviosos. En efecto, una persona que se encuentre en la desafortunada situación del mencionado pirata también moverá brazos y piernas durante unos segundos. Pero se trata más bien de un manoteo y un pataleo descoordinados. 

No obstante, en la leyenda podría haber un átomo de verdad, eso sí, suponiendo que el pirata hubiese sido decapitado en una posición más o menos erguida. En ese caso sería por lo menos imaginable que diera un postrer paso hacia delante antes de desplomarse definitivamente. Pero lo que es seguro es que Störtebeker no echó una carrera en toda regla, y menos de varios metros.


Fuente: 70 preguntas curiosas sobre el mundo que nos rodea por Martin gent.

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